La operadora de la central de Tomari, Hokkaido Electric Power, ha comenzado el proceso para parar el último reactor activo de la planta que quedará completamente apagado a lo largo del día de hoy, con lo que Japón ya no contará con ninguna de las 54 unidades atómicas que tenía en funcionamiento antes del accidente.
Desde que el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 arrasara el noreste del país y provocara la peor crisis nuclear en la central de Fukushima Daiichi, Japón ha procedido a la parada paulatina, por revisión o seguridad, de todos sus reactores nucleares.
Tras el inicio de la crisis, Japón, que antes del accidente dependía en cerca de un 30% de la energía nuclear, impuso nuevas pruebas de resistencia a los reactores para determinar su seguridad en caso de que se produjera una catástrofe natural similar a la de marzo.
En este sentido, el principal objetivo del Gobierno es poder reiniciar los reactores nucleares que hayan superado los test, ante la preocupación de que se produzca una falta de suministro energético sobre todo en el caluroso verano nipón, cuando se espera que la demanda alcance su tope.
Para poder reiniciar los reactores, el Gobierno del primer ministro, Yoshihiko Noda, pretende contar con el apoyo de las regiones y ciudades que acogen las centrales y que por el momento se han mostrado reacias a la reactivación e incluso, como en el caso de Osaka, tercera ciudad del país, proclives a su desmantelamiento.
Los japoneses han salido a la calle hoy para pedir el fin de las centrales nucleares. | Efe
El aumento de las importaciones, sobre todo en el sector de los hidrocarburos, ha afectado de manera directa a la balanza comercial del país, que en enero de 2012 registró su mayor déficit en los últimos 33 años.
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