Una roca espacial «ha rozado» la atmósfera de nuestro planeta sin que existiera riesgo para la humanidad. ¿Y la próxima vez?
El asteroide «2005 YU55», el que más se ha aproximado a la órbita terrestre en 35 años (rozó la atmósfera), cruzó este miércoles entre la Tierra y la Luna a unos 324.000 kilómetros de nuestro planeta. La NASA ya había advertido hace unos días de que el asteroide, del tamaño de un portaaviones, no suponía ningún peligro para la Tierra. Sin embargo, tras el paso de este objeto surge la duda: ¿Pasará el próximo cuerpo celeste todavía más cerca?
Algunos de los apocalípticos que creen que el fin del mundo llegará en 2012, en base a las predicciones mayas, defienden la teoría de que un planeta, meteorito o asteroide chocará con la Tierra y acabará por destruirla. Esta hipótesis gana enteros como modelo de destrucción del mundo para la ciencia. De hecho, parte de la comunidad científica ve como posibilidad que varias de las cinco extinciones masivas del planeta se produzcan por culpa del impacto de un gran meteorito, según una información ya publicada en ABC.
Hasta el momento, es obvio, todo han sido falsas predicciones. El pasado 27 de septiembre, los amantes de las ideas de la destrucción anunciaron a bombo y platillo que el cometa Elenin se acercaría a a la Tierra a casi 90.000 kilómetros por hora. Aquel día, Elenin se encontraba alineado con la Tierra y el Sol. Era la señal de la catástrofe. Sin embargo, de momento sigue saliendo el sol por donde siempre y lo único que ha provocado son bellas auroras boreales.
«No sabemos si el cometa ha pasado ya o si se está aún aproximando a nosotros»
Los investigadores también mencionan a otro cometa desconocido que podría amenazar la vida humana. El pasado 4 de febrero se produjo una pequeña «lluvia de estrellas» inesperada provocada, según los astrónomos, por un cuerpo celeste misterioso. La NASA calcula que en 2016 y 2023 se repetirá la aparición de las meteoroides. ¿Podría colisionar el cometa contra nosotros? Peter Jenniskens, del Centro Ames, de la NASA, aseguró por entonces: «No sabemos si el cometa ha pasado ya o si se está aún aproximando a nosotros». Dicho lo cual, Jenniskens se apresuró a decir que, de todas formas, las probabilidades de un choque eran «muy remotas».
Lo cierto es que el fin de mundo está de «moda». Ha llegado como reclamo a la publicidad, a teorías pseudocientíficas y algunas más serias, e incluso es una temática recurrente del cine. La última película que lo recoge como argumento es «Melancolia», del cineasta danés Lars von Trier, un habitual del cine realista y alejado de los efectos especiales. En el filme se escenifica uno de los temores más recurrentes para muchos: un cuerpo celeste amenaza con destruir la Tierra.
El asteroide «2005 YU55»
No obstante, el miedo a los meteoritos viene de antaño. El pasado agosto se informó de que arqueólogos habían descubierto un relieve tallado en piedra que data de hace 5.000 años que describía la caída de un meteorito que provocó la huida de los pobladores neolíticos de la región de Mongolia Interior.
Estos impactos no siempre han llevado aparejada la destrucción. Muestra de ello es la teoría de la Panspermia, que señala que la vida, o al menos los elementos básicos para su fundamento, pudo llegar a la Tierra en una lluvia de meteoritos. Investigadores de la Universidad del Estado de Arizona en Tempe han señalado que se han descubierto evidencias de que un meteorito primitivo hallado en la Antártida emitió una gran cantidad de amonio (NH4), un elemento clave para la formación de aminoácidos y el ADN.
Cambio de ciclo, nueva vida o destrucción total, lo único cierto es ninguna autoridad científica asegura nada al 100%. Mientras tanto, y con una seguridad empírica, los apocalípticos seguirán especulando con fechas y modos posibles del fin del mundo.
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