El fenómeno, según publica un equipo de astrónomos del Instituto Max Planck de Alemania en la revista 'Astrophisycal Journal', ha sido detectado tras descubrirse, con el telescopio espacial 'Hubble', 69 galaxias lejanas que son cien veces más pequeñas que la nuestra, pero que en las que se forman estrellas a un ritmo muy alto incluso para un Universo más joven y con un ratio de formación de estrellas mayor.
Imágenes captadas por el 'Hubble', puesto en órbita hace dos décadas por la NASA y la ESA, han mostrado a los investigadores la radiación que generan estas estrellas jóvenes, que están muy calientes debido al oxígeno que hay en el gas a su alrededor, lo que las hace lucir como señales fluorescentes.
Según los astrónomos, este tipo de nacimiento estelar fue importante en la formación de galaxias enanas, las más comunes del Cosmos. "Estas galaxias siempre han estado ahí delante, pero no teníamos la tecnología adecuada para detectarlas", asegura Arjen van der Wel, del Max Planck. "Y cuando las descubrimos no las estábamos buscando, pero descataban por su color inusual", reconoce el científico.
Un censo de galaxias
Ciertamente, sus observaciones formaban parte un proyecto de tres años, bautizado CANDELS, que trata de obtener un censo de las galaxias enanas más distantes del Universo primitivo. Entre las imágenes, el 'Hubble' captó espectros de unas galaxias en las que se observaban algunos detalles sus características físicas, que las definen como "estrellas en formación".Los trabajos sobre galaxias enanas que orbitan en torno a la Vía Láctea sugerían hasta ahora que el proceso de formación de las estrellas era relativamente lento y se extendía durante miles de millones de años. "Ahora, el proyecto CANDELS ha encontrado que hubo galaxias enanas que formaban estrellas muy rápidamente en los primeros tiempos, por lo que tenemos que reexaminar lo que se pensaba hasta ahora sobre su evolución", explica Harry Ferguson, coautor del trabajo.
Las 69 galaxias se descubrieron en dos regiones del cielo gracias al telescopio espacial. Las observaciones sugieren que hace 9.000 millones de años eran muy comunes, pero es un misterio por qué generan tantas estrellas y tan deprisa. Unos modelos informáticos indican que podría tratarse de fenómenos episódicos: el gas se enfría y colapsa formando estrellas. Luego, éstas recalientan el gas de nuevo con explosiones de supernovas y sale despedido. Un tiempo después, el ciclo se repite. Sin embargo, Van der Wel apunta que son predicciones teóricas que buscan explicaciones "pero los estallidos que vemos eran más intensos que los simulados".
A la espera del James Webb
Los investigadores confían en que el futuro telescopio espacial James Webb, que será lanzado a finales de esta década, pueda observar estas débiles galaxias incluso en un momento anterior para observar en directo el resplandor de la primera generación de estrellas. "Con el Webb podremos seguramente ver más galaxias enanas cuando experimentan la primera fase de la formación de estrellas. Estas galaxias nos ayudarán a comprender mejor cómo se generaron aquellas primeras estrellas y galaxias", apunta Ferguson. También se utilizará el futuro Telescopio Extremadamente Grande (E-ELT) que se construirá en Chile.Para el director del Observatorio Astronómico Nacional, Rafael Bachiller, "lo más fascinante es que en estas galaxias la formación estelar se dosifica en el tiempo. En lugar de formar estrellas en un único episodio, parece haber un mecanismo que autorregula la formación estelar para que perdure durante miles de millones de años en cada una de estas galaxias".
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