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viernes, 4 de noviembre de 2011

Atapuerca y sus alrededores

Gran Dolina

La Gran Dolina está ubicada en España, muy cerca de la localidad de Atapuerca, en la provincia de Burgos, formando parte de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca (posiblemente los más importantes de toda Europa por la abundancia y diversidad de sus restos).
Esta dolina se colmató a lo largo del tiempo con una sucesión de sedimentos en los que se fueron acumulando los restos fósiles. A finales del siglo XIX, como gran parte de los yacimientos de Atapuerca, fue cortada por una trinchera para el trazado de una línea de ferrocarril, quedando estas capas a la vista.
Los primeros hallazgos se efectúan en los años 70/80, codificándose el lugar como TD (Trinchera Dolina) y los distintos estratos de sedimentos como TD1 (el más antiguo y, por lo tanto, según la ley de Steno, el inferior) hasta TD11 (el más moderno y el superior); e instalándose un andamio de grandes dimensiones para permitir la excavación en los distintos niveles.
En ella, en el nivel TD6 (hace 800.000 años), se encontraron en 1994 restos de un cráneo, denominado como El niño de Gran Dolina, que se identificó como perteneciente a una nueva especie de homínido, Homo antecessor, del que posteriormente se encontrarían restos pertenecientes a hasta 6 individuos. Estos restos han cambiado lo que se pensaba sobre la evolución humana en el continente europeo. Dichos restos se asemejaban al Homo heidelbergensis, predecesor de Neanderthal por características de su frente y los dientes, pero también presentaban características más modernas, como los rasgos de su cara, propias del Homo sapiens, el ser humano actual; por lo tanto, se les identifica como el antepasado común de ambos, posición antes atribuida al homo heidelbergensis. Se ha podido comprobar también que estos homínidos practicaban el canibalismo.
En niveles inferiores (hasta hace 1.500.000 años) se han encontrado restos de industria lítica, lo que hace suponer la existencia de homínidos, que serían, así, los más antiguos de Europa.

Sima de los Huesos

El yacimiento de La Sima de los Huesos es una pequeña cámara situada en la base de un pozo de 13 metros de profundidad que se halla en la parte más profunda de la cueva Cueva Mayor. En él se han encontrado una gran cantidad de huesos de animales y humanos. Los sedimentos de este lugar datan de hace más de 530.000 años, es decir del Pleistoceno medio, y están magníficamente conservados.
Lo que hace importante este yacimiento es la gran cantidad de restos humanos encontrados, más de 5.000 fósiles, que pertenecen a un grupo de unos 30 individuos de la especie Homo heidelbergensis (considerado el ancestro del Homo neanderthalensis) de todas las edades y sexos. Estos restos representan más del 90 % de los fósiles humanos recuperados para el Pleistoceno Medio de todo el mundo.
Entre los restos humanos recuperados destacan numerosos cráneos, entre los que se encuentra el cráneo número 5 que es el cráneo de Homo heidelbergensis mejor conservado del mundo y recibe, popularmente, el nombre de "Miguelón" en honor a Miguel Indurain. Hay gran cantidad de huesos de todo tipo, desde pelvis, como la llamada Elvis,hasta los huesos del oído. "Elvis" es la pelvis más completa del registro fósil. Perteneció a un individuo masculino, de 175 cm de altura y 95 kilogramos de peso. Se ha llegado a la conclusión estudiándola de que el Homo heildebergensis era tan alto como nosotros, pero más robusto. La cavidad pélvica era mayor, facilitando el parto en las mujeres.
Se cree que este era un lugar de enterramiento humano y de culto a los difuntos, únicamente se ha encontrado una herramienta lítica entre todos los restos, esta herramienta, un bifaz, está sin usar y es de cuarcita roja; fue encontrado en 1998 y recibió el nombre de Excalibur. Se considera que Excalibur es un presente a alguno de los difuntos enterrados en este lugar, lo que indicaría la existencia de una mente simbólica y reflexiva, preocupada por los problemas eternos de la vida y la muerte y con capacidad de sentimientos. Esto señala a Homo heidelbergensis como un ser humano completo, ya no en lo físico, sino en lo espiritual.
Entre los restos de carnívoros encontrados hay una gran cantidad de restos de oso de la especie Ursus deningeri, más de 180 individuos.
Este yacimiento, por los hallazgos en él realizados es único en el mundo.

Sima del Elefante (TE)

El yacimiento de la Sima del Elefante, o Trinchera Elefante (TE) como también es conocido, se localiza en la Trinchera del Ferrocarril, siendo el primer yacimiento que nos encontramos al ir caminando desde la entrada sur de la trinchera. En el contexto del complejo kárstico de Cueva Mayor/Cueva del Silo, se localiza al final de la Galería Baja, desconociéndose aún la relación sedimentológica entre ambos sitios. Debe constituir una galería kárstica de más de 15 metros de altura y 18 metros de anchura máxima. Es una cueva colmatada de sedimentos, que quedó descubierta cuando se hizo la trinchera a finales del siglo XIX, quedando afloramientos de sedimentos en ambas paredes, siendos los situados en la pared este sobre los que se desarrollan las investigaciones. Su nombre se debe a la aparición en 2001 de unos fósiles que fueron inicialmente atribuidos a elefantes, aunque investigaciones posteriores demostraron que pertenecían a rinocerontes. Sin embargo, en campañas posteriores se descubrió un astrágalo que sí pertenecía a un elefante, confirmándose la presencia de estos animales en sus depósitos fosilíferos.
Es el yacimiento de la trinchera que más tarde se ha empezado a excavar de una forma sistemática. Los 21 metros de potencia de sedimentos que tiene abarcan todo el periodo de ocupación humana de la sierra correspondiente al Pleistoceno. Sus niveles inferiores son los más antiguos de toda la sierra -están próximos al subcron paleomagnético Jaramillo-, y se encuentran situados incluso 3,5 metros por debajo del nivel actual de la trinchera, con una edad superior al millón de años (Pleistoceno Inferior). En estos niveles se han hallado restos de fauna acompañados de instrumentos líticos, demostrando la presencia de homínidos en una época anterior en la que vivió Homo antecessor de Gran Dolina (unos 780.000 años). Además, en algunos restos óseos de animales, se han encontrado marcas de corte producidas por el contacto del instrumento lítico y el huesos en el momento de la descarnación, por lo que se puede inferir ciertos aspectos de la alimentación de aquellos homínidos. Por otro lado, en los niveles superiores, han aparecido instrumentos líticos del tipo Musteriense o modo 3, asociados a neanderthales, junto con fósiles de caballos y ciervos.
En marzo de 2008, se han dado a conocer nuevos restos de Homo antecessor, hallados en este yacimiento; se trata de parte de una mandíbula de un individuo de unos 20 años y 32 herramientas de sílex de tipo olduvayense (modo 1); han sido datados en 1,2 millones de años de antigüedad, mucho más antiguos que los restos originales de Gran Dolina, lo que hace retroceder considerablemente la presencia de homínidos en Europa

Sierra de Atapuerca

La Sierra de Atapuerca es un pequeño conjunto montañoso situado al norte de Ibeas de Juarros, en la provincia de Burgos (Castilla y León, España), que se extiende de noroeste a sudeste, entre los sistemas montañosos de la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico. Ha sido declarado Espacio de Interés Natural, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad como consecuencia de los excepcionales hallazgos arqueológicos y paleontológicos que alberga en su interior, entre los cuales destacan los testimonios fósiles de, al menos, tres especies distintas de homínidos: Homo antecessor, Homo heidelbergensis y Homo sapiens.

Situación geográfica

Está limitada por el río Arlanzón al sur, río Vena al norte y la sierra de la Demanda, estribación del Sistema Ibérico, al este. Forma parte del denominado corredor de la Bureba, importante e histórico paso entre el valle del Ebro y la cuenca del Duero. Desde el punto de vista orográfico es una formación modesta, con una cota máxima de 1.079 metros sobre el nivel del mar en la Cumbre de San Vicente. Está formada por calizas cretácicas cubiertas por importantes masas de encinares (Quercus ilex), quejigales (Quercus faginea) y, sobre todo, monte bajo de aulaga (Genista scorpius), romero (Rosmarinus officinalis), espliego (Lavandula spica), tomillo (Thymus sp.) y salvia (Salvia sp.).
El paso de la Bureba ha sido utilizado a lo largo de toda su existencia como paso principal hacia el interior de la península Ibérica desde Europa. Como ya se ha indicado, une el valle del Ebro, vertiente mediterránea, con el valle del Duero, vertiente Atlántica, a la vez que se sitúa en la ruta, que proveniente de los pasos pirenaicos se dirigen hacía los demás lugares peninsulares, bien hacía el oeste (Galicia y Portugal) como hacia el sur (la meseta castellana, Andalucía, Extremadura, sur de Portugal y África). Una de las principales calzadas romanas pasaba por aquí al igual que el Camino de Santiago en la Edad Media, la carretera principal N-I a finales del siglo XIX y, hoy día, la autopista AP-1.
No sólo ha sido el ser humano, en cualquiera de sus especies, quien lo ha utilizado: la fauna y la flora también lo han elegido en sus expansiones. Esto ha dado lugar a una importante presencia de fauna y flora diversa y a la ocupación humana continuada desde hace más de 800.000 años, ayudada por la fertilidad de las tierras y la abundancia de recursos.

Historia

Primeros descubrimientos. Siglo XIX

Las primeras exploraciones sistemáticas del sistema kárstico de Cueva Mayor se remontan a la mitad del siglo XIX. Sin embargo, esta cueva ya era conocida y visitada desde mucho tiempo antes. En 1863, Felipe Ariño solicita la concesión en propiedad de la cueva. Cinco años después, en 1868, se publica una descripción detallada de la cueva, de manos de Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar, en la que describen por primera vez la conocida actualmente como Sima de los Huesos. Ésta tiene una segunda referencia en 1890 en una demanda para obtener un permiso de exploración minera de otras zonas de Cueva Mayor. De una forma paralela a estas primeras investigaciones, suceden multitud de expoliaciones y destrucción de su interior.

 El ferrocarril minero

A finales del siglo XIX, época en la que España se estaba incorporando a la Revolución industrial, se construyó un trazado de ferrocarril minero desde la Sierra de la Demanda hasta Burgos (concretamente hasta el enlace con la línea de ferrocarril Burgos-Bilbao). En aquellos años, las siderurgias vascas requerían de mucho mineral de hierro y carbón, más de la que los yacimientos de León y Asturias podían ofrecer por entonces. La Sierra de la Demanda tenía minas potenciales de mineral de hierro y hulla, sin embargo, no había ningún tipo de transporte que lo pudiera destinar a los altos hornos dedicados a la fundición situados en Vizcaya. Para solventar este problema, en 1896 se otorgó la autorización para construir esa línea férrea de vía estrecha a la compañía recién creada por Richard Preece Williams The Sierra Company Limited. Esta empresa se encargó del trayecto desde Monterrubio de la Demanda a Villafría, así como la inversión en varias minas localizadas en pueblos como Pineda de la Sierra, Riocavado de la Sierra, Barbadillo de Herreros, el mismo Monterrubio de la Demanda o Valle de Valdelaguna. La obra de ferrocarril, en la que participaron 1.500 operarios, comprendía un total de 65 kilómetros y se finalizó en 1901, 5 años después de su comienzo.

En un principio este trayecto no atravesaba la Sierra de Atapuerca. Sin embargo, y sin explicación conocida, el trazado del ferrocarril la atravesaba por su lado suroeste mediante una profunda trinchera de medio kilómetro de longitud y una profundidad que, en su mayor cota, alcanza casi los 20 metros. Este desfiladero creado, que sumaba un kilómetro de distancia extra respecto a los planes iniciales, pudo realizarse para explotar comercialmente la caliza de la sierra, puesto que ésta se había usado como material de construcción desde la Edad Media. Esta trinchera, a su paso, atravesó numerosas cuevas colmatadas con sedimentos pleistocenos (con huesos e industria lítica, aunque nadie reparó en ellos) exponiéndolos a la luz y mostrando claramente su estratificación.

El compromiso con la compañía fue que su carácter no sería exclusivamente minero; como condición para recibir la subvención de la Diputación, The Sierra Company Limited tuvo que comprometerse a transportar pasajeros y mercancías (para tal fin dicha compañía adquirió cuatro locomotoras de vapor y diverso material móvil). Sin embargo, la línea nunca llegó a consolidarse económicamente, debido a los elevados precios que impuso Ferrocarriles del Norte. Hacia 1910 la línea férrea dejó de funcionar, y en 1917 la sociedad Vasco-Castellana, heredera de The Sierra Company Limited, quebró y desapareció definitivamente. Aún hoy se conservan puentes, taludes, túneles y estaciones de aquel ferrocarril. En 1950 se aprovecha la trinchera del ferrocarril como cantera, lo que afectó negativamente a los yacimientos destruyendo una parte de ellos.

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