Científicos descubren que unos pelillos y una sustancia química en las patas evitan que el animal se convierta en su propia víctima
Las telas de araña tienen distintas sustancias pegajosas para capturar a sus presas, que, una vez atrapadas, son incapaces de escabullirse de su trampa mortal. Sin embargo, los investigadores se han preguntado siempre por qué las arañas no se quedan pegadas a sus propias telas. Científicos del Smithsonian Tropical Research Institute y de la Universidad de Costa Rica han descubierto el motivo. Repitiendo estudios antiguos con técnicas y equipos modernos, han descubierto que las patas de araña están protegidas por una cubierta de pelos y por un revestimiento químico que evita que el animal se quede pegado, según informa la web científica Physorg. Sus resultados aparecen publicados online en la revista Naturwissenschaften.
Los científicos también observaron que las arañas procuran mover sus patas de manera que se minimicen las fuerzas adhesivas a medida que expulsan sus hilos de seda pegajosa cientos de miles de veces durante la construcción de cada telaraña.
La forma en la que tejen sus telas dos especies tropicales, la Nephila clavipes y la Gasteracantha cancriformis, fue grabada con una cámara de vídeo con lentes de primer plana. Otra cámara de vídeo, junto con un microscopio de disección, ayudó a determinar las fuerzas de adhesión a la tela. Mediante el lavado de patas de araña con hexano y el agua, demostraron que las patas de araña se pegaron con mayor tenacidad cuando el recubrimiento antiadherente fue eliminado.
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